Suspendida sobre el ajetreo intenso de la vida cotidiana hay una pregunta honda que hiere cuando asalta: a dónde voy y a qué...
Buscar se convierte entonces en un reto tan apasionante como agotador.
A esa búsqueda pretende contribuir esta página. No a generar respuestas, sino a ofrecer vestigios de eternidad que pudieran servir para hallarlas.
Invitar a contemplar, a sentir y a gustar la belleza que brota del arte y la palabra; a generar un instante de sosiego interior, para liberarse de tanto agobio, para vacar, a encontrar en sus contenidos ayuda para este invierno de mediaciones que no terminan de serlo.
Ofrecer un abrazo para quienes deseen con fuerza, cuando menos, abrigar la llama... para que el Sol de la mañana los encuentre ardiendo.
Madrid, 2 Febrero 2.007